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Tratado sobre el GP de Australia... (Opinión)

Que ganara un motor Mercedes en Australia era muy previsible. Lo que no se sabía era si lo lograban Rosberg o Hamilton. La victoria en la apertura de la F1 fue holgada para el primero, así como prematura la varada del segundo, con solo tres vueltas rodadas lentamente por daño en el motor.
Ese rudo contraste de resultados en una misma maquinaria, explica bien la precaria estabilidad que hasta el momento tienen las nuevas unidades propulsoras de la F1, que aparentemente cumplieron con una presentación decente en Melbourne, pero fue técnicamente procesional y cero competitiva.
Más de la mitad de la grilla lo tomó como un oportuno entrenamiento en condiciones reales por lo cual muchos carros, desahuciados de los puntos, giraron gasta el final y casualmente los cuatro últimos usaban los motores de Ferrari.
Rosberg ganó sin rivales, gracias a dos maniobras perfectas para distanciarse: La salida que fue magistral pues desde la segunda fila dejó plantados a Ricciardo y a Hamilton y luego cuando la carrera se compactó a raíz del “pace car” que entró para permitir la recogida de la llanta errante desprendida del Williams de Bottas, quien fue la sensación del día.
Ricciardo fue el subcampeón de la carrera por un par de horas, hasta cuando los jueces lo descalificaron porque el motor Renault estaba usando más gasolina de la autorizada con lo cual Magnussen en McLaren, subió otro paso en el podio y esto creció merecidamente su felicidad ya que se estrenó en el mundial anotando tremendo gol.
El tercero fue Jenson Button, quien inició su décimo cuarto campeonato y la carrera 250 en la F1, pero no le tocó la celebración en el podio, momento que habría hecho más pública la reflexión que lo debe acompañar luego de ser derrotado por su debutante y joven compañero de equipo, de solo 21 años.
Alonso, siempre persistente y llevando por encima de las fuerzas a su discreto Ferrari, terminó cuarto, pero peleando con los intermediarios de Force India y los Toro Rosso. Raikkonen pudo menos con el segundo Ferrari y su reestreno en la Escudería se anotará con un flojo séptimo puesto y muchas debilidades técnicas en su carro.
El novato finlandés Valteri Bottas puso toda la sal de la carrera. Lo bajaron cinco puestos de la grilla por la penalidad que implica que cambiar la caja de velocidades. Desde la posición 15 llegó prontamente a la sexta y se disponía a atacar a Alonso cuando salió largo y rozó el muro de la curva 10. El Williams parecía destrozado pues la rueda se desprendió pero en tres patas fue hasta los pits donde lo rehabilitaron con una nueva unidad y reemprendió su osada demostración de nuevo hasta el sexto puesto y no le alcanzó el tiempo para más. Habría sido interesante ver a Massa en el otro Williams-Mercedes, pero en la primera curva el japonés Kobayashi lo despachó del escenario con una embestida colosal, causada aparentemente por una falla de los frenos traseros, que ahora los opera un ¡computador¡
La F1 va para adelante en ecología pero para atrás en velocidad. La mejor vuelta de la carrera de ayer la dio Rosberg en 1-32-58, cerca de tres segundos y medio más lento que la mejor del año pasado, lograda por el Lotus de Raikkonen.
Y ni hablar del récord de la pista, en poder de Michael Schumacher desde el 2004, en 1-24-125, casi ocho segundos, lo cual en la F1 son una eternidad.
Las declaraciones posteriores a la carrera coinciden en que todos, aún el ganador Rosberg y los vecinos de la punta, pasaron las 57 vueltas con el credo en la boca, confiando en que la mecánica aguantara. También en que la información técnica que lograron los deja con una enorme carga de trabajo para las próximas dos semanas cuando se alineen para la carrera de Malasia donde, además deben enfrentar una humedad fatal para los nuevos motores, un calor infernal para las llantas y los elementos eléctricos y seguramente toda la dosis usual de tormentas y aguaceros.
JOSÉ CLOPATOFSKY
Director de MOTOR
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