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Barack Obama pidió una fuerte alza del salario mínimo en su país

El presidente de EE. UU. pronunció su quinto discurso del Estado de la Unión.

En un aguerrido discurso ante las dos Cámaras del Congreso en la noche de este martes, el presidente estadounidense Barack Obama advierte al legislativo de su país que gobernará “por decreto” si los republicanos en esta colectividad siguen oponiéndose a su agenda.
“EE. UU. no se paraliza, y yo tampoco lo haré. Así que en cualquier lugar y en cualquier momento en que yo pueda tomar decisiones sin la necesidad de leyes para aumentar las oportunidades para más familias estadounidenses, eso es lo que voy a hacer", señaló Barack Obama en uno de los apartes de su quinto discurso del Estado de la Unión.
Horas antes de su intervención Obama ya había anunciado la primera de sus acciones “unilaterales”: un aumento de más del 30 por ciento en el salario mínimo de todos los nuevos contratos que se realicen con el gobierno federal.
La idea de Obama es empujar al Congreso para que eleve el salario mínimo a nivel nacional (actualmente en 7 dólares con 25 centavos la hora) a la tasa que fijó para los contratistas (10 dólares con diez centavos la hora), algo que, sin duda, sería bien recibido por el grueso de la población y que el Presidente espera se traduzca en las urnas. "Denle un aumento a Estados Unidos", le dijo Obama al Congreso.
La noticia, por supuesto, no cayó muy bien en las huestes republicanas. "Si el Presidente cree que nos vamos a quedar sentados mientras él nos pisotea, está muy equivocado”, sostuvo John Boehner, líder de la oposición en la Cámara de Representantes.
Según las palabras de Obama, Estados Unidos ha logrado salir adelante luego de haber sufrido la recesión económica y se dirige hacia una recuperación. "Por eso creo que este puede ser un muy buen año para Estados Unidos. Tras cinco años de grandes esfuerzos, Estados Unidos está mejor posicionado para el siglo XXI que cualquier otro país en la Tierra", aseveró el mandatario ante los legisladores.
El presidente Obama anunció -y prometió- pasos concretos para aumentar el ritmo de la recuperación económica y fortalecer a una clase media, que, a su juicio, está estancada y hasta en retroceso.
"Hoy, tras cuatro años de crecimiento económico, las ganancias corporativas y los precios de las acciones están más altos que nunca, y a los que están en los altos mandos nunca les había ido mejor. Pero los salarios promedio casi no se han movido. La inequidad se ha profundizado. La movilidad social ascendente se ha estancado", señaló Obama.
Así mismo, durante el discurso, Obama insistió en la necesidad de aprobar cuanto antes una reforma migratoria para poner fin a la situación en la que viven millones de indocumentados.
Sin atacar directamente a los republicanos que hundieron los prospectos de una posible reforma el año pasado, el mandatario vendió la idea resaltando los beneficios económicos que ésta generaría.
Aunque Obama no se refirió a la obtención de la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados en su alocución, la Casa Blanca expresó, en un comunicado emitido minutos antes, que "arreglar el sistema de inmigración" pasa por "proporcionar un camino merecido a la ciudadanía para los inmigrantes que paguen una multa y los impuestos, que aprendan inglés, y que superen una verificación de antecedentes".
Como lo ha hecho desde que llegó a la presidencia, Obama reiteró su intención de cerrar la cárcel de Guantánamo cuanto antes y pidió al Congreso que actúe para facilitar la transferencia de los detenidos que aún quedan en la prisión. "Con la guerra de Afganistán tocando a su fin, éste tiene que ser el año en que el Congreso levante las restricciones restantes para las transferencias de prisioneros y para que cerremos la prisión de la Bahía de Guantánamo", dijo Obama.
Sobre la lucha contra el terrorismo, mencionó que la amenaza de Al Qaeda “evolucionó" y grupos anexos toman raíces en nuevos lugares en el mundo. "En Yemen, Somalia, Irak y Malí, tenemos que seguir trabajando con aliados para debilitar estas redes y volverlas inoperantes".
Y sobre la relación con Irán, Obama advirtió al Congreso que vetará cualquier proyecto de ley que incluya nuevas sanciones a ese país durante el plazo de negociaciones entre el Grupo 5+1 y el régimen iraní, y urgió a "darle una oportunidad de éxito a la diplomacia".
"Déjenme aclarar algo: si este Congreso me envía ahora un nuevo proyecto de ley de sanciones que amenace con descarrilar estas negociaciones, lo vetaré".
El panorama para Obama este año no es bueno
El discurso sobre el Estado de la Unión suele ser el momento en el que el Presidente fija las prioridades para el año de gobierno que se inicia. El problema para Obama -y de allí su amenaza de gobernar por decreto- es que poco o nada ha logrado desde que los republicanos recuperaron el control de la Cámara en el 2010.
No solo le bloquearon la reforma migratoria sino sus esfuerzos por imponer controles al porte de armas.
Y se ha pasado varios años en un tire y afloje con su rivales que ha provocado agrias discusiones presupuestarias y hasta el cierre temporal del gobierno federal el año pasado.
Lo más grave, sin embargo, es que este 2014 pinta incluso peor. Con su popularidad en los niveles más bajo desde que llegó a la Casa Blanca (42 por ciento), Obama se encuentra muy vulnerable y tiene pocos chances de materializar la agenda que plantea durante su discurso de esta noche, especialmente porque este año habrá elecciones legislativas y los republicanos harán hasta lo imposible por debilitarlo más. Eso por lo general se traduce en bloquear sus iniciativas.
El panorama para el Presidente y su partido de cara a las elecciones luce bastante negro y corren el riesgo no solo de perder el control del Senado sino de ver cómo aumenta la mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
En otras palabras, Obama podría terminar sus últimos dos años en la Casa Blanca gobernando con un Congreso en manos de la oposición.
De allí que esté optando por iniciativas unilaterales y de corte populista, como aumentar por decreto el salario mínimo.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
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