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El estrato del saber

Cristian Valencia
No es cuestión de plata solamente. Es cuestión de información. La sociedad colombiana se compartimenta por los ingresos, y de paso se establecen barreras infranqueables que imposibilitan la movilidad social.
En el fondo, esas barreras discriminatorias no tienen nada que ver con la plata, tienen que ver con la información, con la calidad de la educación a la que se tuvo y se tiene acceso. Pero como decidieron estratificar por el dinero, nos hicimos los de la vista gorda con el verdadero problema. La uniformidad en la calidad de la educación para todas las clases sociales.
El mensaje tácito que la administración pública envía a todo el pueblo colombiano es que el ascenso social solo está signado por la cantidad de plata que ganas. El dinero se convierte, por decreto, en el único motor de la sociedad. No el conocimiento, no la necesidad de información, no los mundos posibles que se abren, no las posibilidades de creación.
Pero es mentira que si tienes dinero eres de estrato 6 y perteneces a la clase alta; si no lo tienes, pues eres un pobre de estrato 2. Las verdaderas clases sociales de este país tienen que ver con la calidad de la educación que se recibió, la información que se maneja, la conexión con el mundo de las ideas. Si alguien consigue plata de buenas a primeras y se pasa a vivir a un barrio de estrato 6, solamente pagará más impuestos, pero jamás será bienvenido en una nueva clase social, porque el ascenso social tiene que ver con otra cosa, una cosa que nadie quiere abordar públicamente, la causa principal de que seamos un pueblo tan ignorante.
Conozco una señora que vende empanadas en la calle y que reúne más de 4 millones al mes. Pero la señora no sabe nada del mundo que la rodea: que Colombia está en Suramérica, que la tierra da vueltas alrededor del Sol, que somos una República autónoma: ella es de estrato 1; y conozco también a un muchacho de 27 que gana más o menos lo mismo en una empresa, sabe un poco más, pero desconoce por completo la historia del país: su educación ha corrido por cuenta de noticieros, seriados y telenovelas. La universidad le dejó poco, una experticia superficial que le dio un empleo y posibilidades de ascenso salarial, pero no colaborará mucho en la construcción de una nueva ciudadanía. Y vive en estrato 5. ¿Qué pasaría si estratificáramos por el conocimiento? Ella sería de estrato 1; y él, de estrato 2.
Hace muchos años trabajé en el Icfes diseñando preguntas de lengua castellana. En ese tiempo advertimos que era injusto un examen de Estado con las mismas preguntas para un bachiller de Uribia, Condoto o La Hormiga, y los encopetados colegios de las capitales más pudientes. Era (y es) discriminatorio. Porque la calidad de la educación no es la misma. Pero la solución de fondo no podía (ni puede) ser exámenes distintos, sino igualdad en la educación que se recibe. Estamos crudos en eso.
Si queremos un nuevo país, tendríamos que enfrentar el tema. Porque mientras siga siendo el dinero el único factor de “ascenso” social, continuaremos en esta estética de ‘todo por la plata’, ‘por la plata baila el perro’ y ‘el que tiene plata marranea’. Los refranes que son esencia y causa de la descomposición social, de todas las delincuencias comunes.
No será una labor fácil, por obvias razones. Ni será a corto plazo. Pero será la única manera como podríamos conformar un país diferente, con ciudadanos conscientes, activos, conocedores de sus derechos y deberes, plenos de conciencia nacional.
Está claro que podría tomarse como una utopía. Pero las utopías han promovido nuevas formas de ser humano, nos han hecho crecer a lo largo de los tiempos.
cristianovalencia@gmail.com
Cristian Valencia
Cristian Valencia
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