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'Me tuvieron tres años sin hablar con nadie': el 'Caballista'

Para Joaquín Mario Valencia, EE. UU. violó sus derechos al condenarlo a 40 años. Pide otro juicio.

REDACCIÓN JUSTICIA
En la celda 230, de una de las unidades de la prisión federal Hazelton, en el occidente de Virginia (Estados Unidos), el narcotraficante del Cartel de Cali Joaquín Mario Valencia, conocido como el 'Caballista', señaló que desde el pasado viernes entró en huelga de hambre para exigir un nuevo juicio.
Asegura que desde que fue sentenciado a 40 años de cárcel por tráfico de estupefacientes, en el 2006, ha interpuesto recursos para intentar tumbar la sentencia, en la que se le atribuyen "cargos y actos" que no fueron estudiados por la Corte Suprema de Justicia cuando avaló su extradición.
En diálogo con EL TIEMPO, insistió en que tiene pruebas para demostrar que es inocente, que "no ha traficado ni lavado dinero", y que en la cárcel le ofrecieron testificar en contra de personas a cambio de una rebaja en la pena.
El caso de Valencia ya ha generado notas de la diplomacia colombiana a Washington.
En el 2006 usted fue condenado a 40 años por una Corte de Florida por narcotráfico. ¿Por qué se declara hoy en huelga de hambre?
Porque el Gobierno americano violó las condiciones de juzgamiento en mi caso. Violó la regla de la especialidad y el artículo 35 de la Constitución colombiana, que no permiten que un colombiano sea juzgado por actos cometidos antes de diciembre 17 de 1997. Fui juzgado por hechos que nunca fueron revisados por la Corte Suprema de Colombia, cuando llegué (en el 2004), cambiaron el ‘indictment’ antes de juicio, quitaron unas cosas y pusieron otras.
¿Qué cargos dice que le atribuyeron?
Yo fui extraditado por cuatro cargos y cinco hechos. El primer acto fue un barco con drogas en septiembre 20 de 1998, el segundo es un contenedor con drogas de una empresa nuestra, Unipapel, que decían que tenía 300 kilos (de cocaína) y que fue decomisado en Buenaventura; el tercero es un barco de nombre ‘Rebelde’ que fue arrestado en Altamar en febrero 16 del 2000, y el cuarto cargo es por una embarcación llamada Lawny D. El quinto cargo es una conspiración del movimiento de drogas en New York y que funcionó hasta mayo del 2000 cuando arrestaron allí a 15 personas. Esos fueron los cargos por los que fui solicitado, pero cuando llegué al juicio el jurado recibió un ‘indicment’ que tenía solo cuatro cargos, porque el contenedor el Gobierno lo quitó.
¿Cuáles actos dice usted que no estaban en el pedido de extradición?
Hace referencia a tres barcos supuestamente, uno incautado en junio de 1997. También incluyeron una serie de llamadas telefónicas, cuando la Corte Suprema ha negado repetidamente la extradición de algunas personas por ese tipo de cargos. A mí me juzgaron por delitos que no podían extraditarme. Todo eso fue objetado por la defensa, sin embargo el gobierno americano pasó por encima de las condiciones.
¿Usted nunca buscó una negociación con la justicia de EE. UU.?
No, porque desde un comienzo dije que no cometí esos delitos y por eso me fui a un juicio. No he cometido los delitos por los que me solicitaron, yo no he lavado dólares ni he traficado. No puedo admitir algo que yo no he hecho, ni puedo poner, para salirme de aquí, a otras personas a que paguen y pasen por el infierno por el que yo he vivido. No me podían decir tome 5 años y váyase para la casa y declárese culpable porque en mi corazón yo sé que no soy culpable y tengo cómo demostrarlo.
Dice que tiene cómo demostrarlo. Pero no lo logró en el juicio...
Porque añadieron un poco de cosas por las cuales no fui extraditado. Hubo un juicio que pudo haber durado 2 semanas y duró 14, con eso embolató a los jueces y a la defensa. Ahora, cuando llegué acá yo no hablaba inglés, no sabía de la ley americana porque jamás tuve un problema con la justicia. Llego, me encierran en un cuarto durante tres años donde no podía hablar con nadie, me pusieron un abogado que no hablaba español y cuando me iba a visitar, muy pocas veces, era sin traductor. ¿Cómo puede preparar un abogado una defensa de 14 semanas sin poder comunicarse con el defendido?
¿En qué condiciones fue su juicio?
Cuando salía a hablar con el abogado me sacaban a un cuarto de visitas amarrado de pies y manos. En tres oportunidades, cerca del juicio, me tocó reunirme con los abogados por cerca de 12 horas y todo el tiempo estuve amarrado. Hicieron todo lo posible para doblegarme y que yo dijera, sí voy a hablar, a decir mentiras y a decir que organicé un viaje de drogas, pero yo no tenía por qué hacerlo.
A usted lo extraditaron señalado de ser socio de los hermanos Rodríguez Orejuela. ¿Qué dicen las pruebas que hay contra usted?
No hay ninguna prueba en mi contra y por eso sigo insistiendo en mi inocencia. Yo lo que pido es un nuevo juicio, en el que haya una veeduría del Gobierno para que se haga de acuerdo a los cargos por los que me extraditaron. En esas condiciones yo voy a un juicio nuevamente.
¿Usted conoció a los Rodríguez Orejuela?
Hay declaraciones de los Rodríguez Orejuela en la Fiscalía en las que dicen que ellos no me conocen. En mi juicio declararon un fiscal del proceso 8.0000 y el coronel del Ejército (Alfonso) Velásquez, quien era el jefe del Bloque de Búsqueda en el 2004. Él dijo que durante los cuatro años que estuvo, junto con la CIA, investigando el Cartel de Cali nunca encontraron el nombre de Joaquín Mario Valencia.
¿A qué atribuye entonces las pruebas?
Son acusaciones que provienen de personas que fueron acusadas y halladas culpables y que por salir metieron a cualquier persona. Eso está ocurriendo en Colombia, carteles que fabrican las pruebas, que acusan a otras personas. Acá me lo vinieron a proponer, me dijeron, consiga usted las personas, haga esto y nosotros le damos rebajas. Yo les dije, yo no conozco, y me dijeron, nosotros le damos pistas, usted solo tiene que poner algo de plata.
¿Qué le ha contestado el Gobierno colombiano?
Colombia me dijo que sí tenía derecho a reclamar la violación de la regla de especialidad ante las autoridades de Estados Unidos, pero acá me dijeron no. Colombia ha pedido que se verifique, a través de una regla diplomática, pero Estados Unidos contestó que había cumplido. La última nota diplomática que envió Colombia, la número 35324, fue el 3 de julio del 2012, pero hasta ahora no ha contestado y le han mentido a Colombia diciendo que no ha violado el reglamento.
¿Cómo es el contacto con su familia?
A mi familia, a mis hermanos, hermanas, a mi papá, a todos les quitaron la visa. He tenido la visita de mis hijos porque ellos son americanos (nacieron en EE. UU.) y de cuatro sobrinos que son americanos. Mis hijos vienen cada año o cada dos años.
¿Tiene derecho a llamadas?
A nosotros nos dan 300 minutos para llamar por teléfono en el mes, y nosotros los distribuimos como sea. Lo que hago es utilizar 10 minutos diarios, para tener contacto con los hijos, con la mamá, con la familia con los abogados, son pocos minutos, pero gracias a Dios ahora tenemos Internet y podemos comunicarnos a través de un sistema que funciona como correo y es a lo único que tenemos acceso.
¿Tiene su propio computador?
En la unidad (prisión) hay 120 personas y allí hay un sitio con cuatro computadores, lo que hacemos es que nos lo rotamos entre todos.
¿Mantuvo su relación con su esposa, la patinadora Luz Mery Tristán?
Ella fue mi esposa, pero cuando la condena ella no estaba dispuesta a esperar 40 años y decidió hacer una vida diferente y está en toda libertad de hacerlo. Por supuesto que aún me comunico con ella y oro mucho por ella, porque mis hijos necesitan que su mamá esté ahí.
Decía que cuando fue extraditado no hablaba inglés. ¿Usted ahora habla ese idioma?
Más o menos, pero lo principal es que entiendo la ley. Fui aprendiendo inglés con un diccionario que me llevaron y con el que pude, los tres primeros años, ir traduciendo los documentos que me llegaban. Después del juicio llegué a una prisión y fui a la escuela, en la que los profesores son reclusos que hablan los dos idiomas.
¿En prisión se ha encontrado con extraditados colombianos?
Sí, con Fabio Ochoa, con quien estuve tres años, y con Carlos Arturo Patiño (condenado a 40 años por narcotráfico y señalado se haber sido socio del capo Wílber Varela, 'Jabón').
REDACCIÓN JUSTICIA
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