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El hospital que regala ropa y pañales a los recién nacidos

El Pablo VI de Bosa tiene el programa hace cerca de seis años y fue pionero en este en Bogotá.

El 12 de septiembre Mabel Moreno, de 20 años, tuvo a Mariana, su segunda hija. Asegura que fue una fortuna poder tener su trabajo de parto, al igual que sus controles prenatales, en el Hospital Pablo VI de Bosa. Allí le han pasado cosas que, cree, no le habrían pasado en otro centro hospitalario de la capital y que en efecto no vivió cuando tuvo a su primer hijo.
Durante su gestación fue atendida sin tener que esperar mucho, con un buen trato y cuando iba a cada control tenía una sala especial para ella, sin filas, en un espacio aislado y con un ambiente tranquilo, en el que le explicaban los procesos de su estado.
Después, al tener a su bebé en sus brazos, no solo sintió la inmensa alegría por ser madre por segunda vez, sino también satisfacción y agradecimiento con el hospital, que le entregó un kit para la recién nacida, que incluye piyama, cobija y pañal. Además, le dio a ella, otro conjunto de elementos también con piyama y elementos de aseo necesarios para el posparto.
Y por si fuera poco, aunque el 13 de septiembre aún no le habían dado de alta, tenía la seguridad de que una vez lo estuviera sería llevada hasta su casa, sin importar a qué parte de las 2.466 hectáreas de Bosa, acompañada de un familiar y de una auxiliar de enfermería, que además le brindaría asesoría en su hogar sobre los cuidados con su bebé y con ella misma, en los días posteriores al parto.
Esto gracias al programa ‘Pablito te lleva a casa’ de ese hospital, que lleva a las madres y a sus recién nacidos hasta la puerta de su casa, para evitar riesgos o largos trayectos en carros no seguros para la madre y el niño.
Como Mabel, cada una de las madres gestantes y en trabajo de parto que llegan al Hospital Pablo VI de Bosa, son atendidas con estos beneficios, pues existen en el centro de primer nivel con el fin de darle una mejor atención a los usuarios del sector.
“La institución realizó todo un proceso de entrevistas identificando que hay necesidades puntuales como por ejemplo, la primera muda para el bebé. Entonces se creó hace más de seis años la entrega del kit materno y el del recién nacido, con el fin de dar mayor satisfacción a nuestros usuarios y que ellos encuentren en estos valores agregados un apoyo de la institución”, dice Andrea Aguilar Sandoval, defensora del usuario y referente del servicio en el Hospital Pablo VI de Bosa.
Así, es pionero en la capital colombiana en crear estrategias de completa atención de acuerdo con los usuarios. Al mes, la institución entrega cerca de 45 bolsas de este tipo en esta localidad de Bogotá
Finlandia, modelo a seguir
Aunque no es un kit que tenga varias prendas para diferentes edades en la medida en que el menor vaya creciendo, es una ayuda que les ha permitido a muchas madres que dan a luz a sus hijos en este hospital, tener unos primeros elementos para los pequeños.
En julio pasado, EL TIEMPO publicó una nota en la que se informó que en Finlandia el Estado les regala a todas las madres una humilde caja de cartón en la que viene ropa, cobijas, pañales y hasta condones. Una tradición de casi 75 años en ese país, que podría ser una de las razones por las que la tasa de mortalidad infantil es de las más bajas del planeta. (Vea Finlandeses nacen con caja debajo del brazo).
También comunicó que Helena Torkko, de la Seguridad Social finlandesa (Kela), dijo que es un modelo que vale la pena seguir e implementar en cualquier parte del mundo. En este hospital de Bosa la estrategia existe hace tiempo, incluso más que en la de la Red Pública Distrital, que creó en el 2009 los bancos de provisión de elementos de este tipo para las áreas de maternidad de los hospitales.
Y aunque no hay un número confirmado de la reducción de la mortalidad infantil en la localidad, sí se sabe que ha mejorado la calidad de vida de los recién nacidos, al igual que la de madres y familias de escasos recursos. De hecho, este año ha habido un incremento de más del 50 por ciento en felicitaciones de los usuarios, cuenta Aguilar.
Lo exitoso, finalizan Andrea Aguilar y Mabel Moreno, es que no solamente es la entrega de una bolsa con elementos, sino de todo un conjunto de programas que, unidos, dan un completo cubrimiento de las necesidades de los usuarios de Bosa, que por escasos recursos, en muchas ocasiones no tienen la oportunidad de tener listo el ‘pan bajo el brazo’ para los hijos que vienen en camino.
REDACCIÓN ELTIEMPO.COM
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