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La cuenta Twitter "@IvanMarquezFARC" y compañía

Andrés Candela
Tengo un libro que he leído en repetidas ocasiones y por diferentes motivos: el análisis de tan macabros relatos cuya fuente de inspiración del autor fue su propia enajenación; la estética y frialdad de cada una de sus palabras escritas; la desbordada velocidad en su narración; además, el rol histórico del autor como ícono del horror. Podría quedarme haciendo un vigoroso ensayo sobre el libro ‘Cartas desde el infierno’, de Jack el Destripador e intentar descifrar tan enfermiza personalidad; mas ese –para mí- ya es un caso sin sentido e hinchado con un morbo descomunal; sin embargo, parece ser que, a pesar del tiempo, las vanidades de muchos asesinos también se transforman y hoy –con venia gubernamental- habitan en el mundo virtual mientras que aquellos perturbados que no representan un peligro social terminan olvidados, encerrados y oprimidos por el peso de sus propias chifladuras. Otros con un perfil mucho más peligroso y complejo: demencia, narcisismo, mitomanía y distorsión de la realidad, como el señor ‘Iván Márquez’ y compañía, gozan de publicidad y utilizan Twitter, asimismo, para exponer su excesivo cinismo cubierto con el ya desgastado discurso de “justicia social” (como él mismo lo afirma en el perfil de su cuenta), que no es más que –leyendo algunos de sus mensajes- ¡un vulgar oportunismo de excentricidad!
En su último tuit del 7 de septiembre publicó una fotografía que, quizás para el señor ‘Márquez’, sea un orgullo de legalidad; para mí, otro ejemplo de tan dudosa “lucha social”. Un encapuchado con un incoherente mensaje en su espalda escrito en colores negro y rojo en el cual se alcanza a leer, “respira lucha”. Y me formulo la pregunta de rigor: ¡¿por qué quienes pregonan la necesidad de “justicia social” siempre se enmascaran para “reclamar” y vociferar?! Señor ‘Márquez’ y compañía, el pueblo por el cual ustedes afirman “luchar” y defender está contra toda muestra de vandalismo que ejecutan sus enardecidos borregos y tan vitandas muestras de anarquismo siempre opacarán el verdadero clamor social del cual, usted y los suyos, están muy lejos de representar legítimamente. Le sugiero –ya que por estos días usted tiene todo a su alcance y vive casi con las mismas comodidades de un emperador caribeño-, que lea ‘La marcha de la sal’. Tal vez –espero- le sirva para reconocer en la historia una verdadera lucha por una arrebatada soberanía y las ideas de un verdadero patriota ante las cuales el mundo sí se arrodilló. Su “cuento” –aislado de ser una verdadera disertación de “paz”- no es más que un calambur obstinado; una colcha de retazos atiborrado de lerdas y anacrónicas ideas que ya el Viejo Mundo desestimó.
Señor ‘Márquez’, no me interesa debatir sus obtusas doctrinas porque para mí el mundo es de todo aquel que disciplinadamente madruga a trabajar; tampoco refutaré su incongruente y soporífero discurso de “igualdad social”, ¡porque esa “igualdad” no existe ni en sus propias tropas! No finalizaré tampoco esta columna escribiendo improperios contra usted o alguno de los suyos; mejor dicho, para que me entienda y me entiendan, no haré nada que pueda alimentar sus desmesurados egos, pero si intentaré -por lo que he leído en sus mensajes de Twitter- dibujarle, en el último párrafo, su verdadero “yo”.
Usted es un pozo de viejas ideologías que otros, mucho más listos, utilizaron para adiestrar y luego lo manipularon como el mejor megáfono de lealtad con la doctrina que, sin analizar, usted mismo se engulló. Si usted fuera coherente con todo lo que pregona hace mucho tiempo hubiera generado una sublevación dentro de su corrupta revolución, pero no lo hace porque le seduce mandar, sentir su ego alabado, venerado, acariciado por todos los demás y nada lo excita más en su exagerada vanidad que una entrevista en un medio internacional para posar como luchador e intelectual incomprendido; pero la exacta verdad es que el tiempo comenzó a pasar factura y usted se percató de que cada día es más difícil embaucar incautos –incluso aquí en Europa-; además, en el monte ya la edad no les da para hacer piruetas de Chapulín y este es el único gobierno que -parece ser- les permitirá disfrutar de toda su fortuna en el “repudiado imperialismo” de esta sociedad.
P.S.: Dice el prólogo de ‘Cartas desde el infierno’, de Jack el Destripador, “… la historia está llena de ejemplos infaustos, de psicópatas sanguinarios, algunos de ellos paradójicamente merecedores de la condición de “héroes”, fruto del irreflexivo proceder de algunas personas”.
Andrés Candela
@andrescandla
Andrés Candela
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