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Lincoln, más allá de todos los mitos

Nominada a 12 premios Óscar es uno de los estrenos del año. Llegó al país el viernes.

REDACCIÓN CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
Lincoln fue un proyecto de largo aliento para el prolífico director Steven Spielberg. Su sustento fue el libro de la historiadora Doris Kearns Goodwin, Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln (Equipo de rivales: el genio político de Abraham Lincoln), en el que basó su película. Era tal su interés en lograr un retrato humano del decimosexto presidente de Estados Unidos que el director negoció con Kearns (ganadora del Premio Pulitzer) los derechos del libro en 1999, años antes de que la escritora lo terminara.
El resultado es un filme de casi tres horas, con guion escrito por Tony Kushner (Munich) y que el mismo Spielberg supervisó. La película ya ha recibido algunos de los premios más prestigiosos de las asociaciones de críticos de Washington, San Diego, Nueva York, Las Vegas, Boston y del American Film Institute (AFI). Ahora aspira a quedarse con varias de las 12 estatuillas a las que opta en los premios Óscar, cuyos ganadores se darán a conocer el próximo 24 de febrero, en Los Ángeles.
Parte de la crítica ha señalado a Lincoln como el título más político de la extensa filmografía de Spielberg. Cierto o falso, él quiso bajarle el tono, aplazando su estreno en Estados Unidos dos semanas para que no coincidiera con las elecciones presidenciales del pasado 6 de noviembre.
Nada podía empañar la intención fundamental de un proyecto al que le ha dedicado más de 12 años años: mostrar la figura del Lincoln hombre, con sus iras y debilidades, sin dejar de lado al brillante y astuto político que se hizo leyenda.
Cabe aclarar que ni el libro de Kearns ni la película de Spielberg son biográficos en el sentido estricto de la palabra. Ambos trabajos se enfocan en los intrincados acuerdos políticos que se generaron durante la Guerra Civil estadounidense, mientras Abraham Lincoln gobernaba el país; en los hombres que, para bien o mal, lo rodearon; y en su lucha por abolir la esclavitud, a través de la aprobación de la enmienda 13 por la Cámara de Representantes, en un país donde buena parte de la economía se sostenía en la mano de obra de millones de negros.
El relato en la pantalla
Lincoln, encarnado magistralmente por Daniel Day-Lewis, se centra en los últimos cuatro meses de vida del presidente, que murió el 15 de abril de 1865, después de que le dispararan en la cabeza en un teatro de Washington.
La obsesión del realizador fue presentar una imagen del mandatario que por años había sido desechada en proyectos de cine y televisión: la del personaje con la habilidad para negociar con sus opositores políticos, así como revelar la intimidad de un hombre de familia, buen padre, vulnerable, excelente narrador y hasta divertido.
Si vence en los Óscar, Spielberg pasará a la historia como el segundo director en ganar cuatro de estos premios en su carrera, e irónicamente, igualará el récord que ostenta el realizador John Ford, quien en 1939 hizo una cinta de ficción inspirada en la juventud del mítico presidente: Young Mr. Lincoln, protagonizada por Henry Fonda.
Cultura y Entretenimiento
‘No quise mostrarlo como una leyenda’: Spielberg
Pocos directores son tan abnegados como Steven Spielberg. Le tomó cerca de 12 años encontrar el ángulo para narrar una parte de la historia de Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de EE. UU. En términos comparativos, esto es tres veces más tiempo que el que necesitó Lincoln para convertirse en una leyenda durante su mandato. Esto es lo que dijo el director en una reciente rueda de prensa, en Los Ángeles.
¿Por qué Daniel Day-Lewis era el actor apropiado para encarnar a Lincoln?
Nunca me pude imaginar a nadie que lo hiciera mejor que él. Necesitaba a alguien que realmente se convenciera de que era Lincoln durante el rodaje; alguien que pudiera poner en contacto a la audiencia con el tiempo real de un hombre y su legado.
Esta no es una película biográfica. ¿Por qué?
No me interesaba hacer un filme sobre los momentos icónicos de toda la vida de Lincoln. Era algo que ya había intentado y que no resultó. Antes de que Tony Kushner escribiera este guion, había hecho otro sobre la Guerra de Secesión, contada desde el punto de vista de Lincoln. Era un tema muy amplio y podría haber funcionado como una miniserie. También evité mostrar a Lincoln como una figura legendaria o como un león guerrero. Traté de mostrarlo como un hombre y no como un monumento. Nos hacía falta una mirada más realista sobre quién fue, cómo vivió y por qué tomó sus decisiones.
¿Siente que existen paralelos entre el tiempo político de Lincoln y el actual?
Por supuesto. Eso lo teníamos muy claro, aun cuando empezamos a escribir la película durante el gobierno de Bush. Los estadounidenses estamos tan divididos como entonces, y hay una guerra ideológica entre dos bandos, aunque, claro, ahora es menos sangrienta. Unos 650 mil estadounidenses murieron en la Guerra de Secesión, mucho más que los muertos que Estados Unidos ha tenido desde la Primera Guerra Mundial.
Describa los puntos del guion que destacó en esta producción.
Después de leerlo varias veces, decidí concentrarme en los últimos tres años de la presidencia de Lincoln; no tanto en los tiempos de la guerra, sino cuando tomó sus más importantes decisiones junto a los senadores y representantes. El guion, de 550 páginas, se concentraba en cómo luchó para que pasara la enmienda número 13, que abolía la esclavitud. Esta es la columna vertebral de la película. Eso y el fin de la Guerra Civil fueron fundamentales.
Mario Amaya
Para EL TIEMPO
Los Ángeles.
‘En la política no hay absolutos’: Day-Lewis
Encarnar a un personaje histórico del peso de Abraham Lincoln, quien astutamente ganó las luchas de poder en el Capitolio durante la Guerra Civil, no fue una tarea fácil para Daniel Day-Lewis. Debía mostrar, además, los lados más complejos de su vida personal: una relación complicada con su esposa y el miedo de perder a un hijo. Pero el dos veces ganador del Óscar lo hace magistralmente. Su actuación le mereció un Globo de Oro hace dos semanas, y está nominado a un Óscar en la misma categoría. El veterano actor, de 51 años, conversó con EL TIEMPO, durante una rueda de prensa en Los Ángeles.
¿Cómo fue el proceso de ir conociendo a Abraham Lincoln para intepretarlo?
En un principio, me adentré en las cualidades que todo el mundo conoce y que mostró durante su presidencia. Pero al leer el guion a fondo, lo empecé a ver como el ser humano que era y a conocer sus debilidades. Tony Kushner me sugirió que investigara su pensamiento, su humor y su melancolía, tanto a nivel público como privado. El conflicto entre lo público y lo privado es la carne de mi personaje.
¿Qué fue lo que más le llamó la atención del personaje?
A pesar de la presión que enfrentó durante su presidencia, no se dejó llevar por el afán. Tomaba decisiones y vivía la vida a su propio ritmo. Dominaba el tiempo, y no al contrario.
Si Lincoln viviera hoy, ¿qué opinión tendría de EE. UU.?
Seguramente estaría diciendo: ‘Esto me recuerda los buenos viejos tiempos’ (risas). Ciertamente vivió una época política turbulenta, como la de hoy. Lincoln era republicano y, aunque parezca extraño hoy, hay que tener en cuenta que este partido entonces era el liberal y el progresista, mientras que el Demócrata era el conservador. En la política no hay absolutos.
Hay que preparar a la audiencia: en la película, nos burlamos de los demócratas. Hay personajes como Thaddeus Stevens (Tommy Lee Jones), un republicano radical, como los de hoy.
¿Qué otras similitudes hay?
Además de ser un gran político, Lincoln era un excelente narrador de historias, una especie de Mark Twain. Eso le sirvió como herramienta política para tranquilizar a sus adversarios. Y al igual que ocurrió hace cuatro años, cuando Obama se enfrentó en las primarias con Hillary Clinton y luego trabajó con ella, Lincoln nombró a William Seward como secretario de Estado después de que fueron rivales en las presidenciales. Él nombraba a sus adversarios en su gabinete; los conquistaba con su sentido del humor.
Los Ángeles.
El personaje histórico
Abraham Lincoln hoy sigue siendo considerado como uno de los mejores presidentes que ha tenido Estados Unidos. Su mayor legado es haber mantenido la unidad de los estados a pesar de la Guerra Civil (1861-1865), la “mayor crisis constitucional, moral y política” del país, según historiadores. Nacido en una familia de granjeros de New Salem (Illinois) en 1809, fue un autodidacta y un gran orador. Los discursos que dio en la década de 1850, como miembro de la Cámara de Representantes, en los que se oponía a la esclavitud, lo llevaron a la presidencia. Sus ideas, revolucionarias para la época, causaron que siete estados del sur, conocidos como la Confederación y cuya economía algodonera se sostenía en la mano de obra de los esclavos, buscaran la secesión que sumió al país en la guerra más sangrienta de su historia.
Lincoln fue asesinado en 1865, seis días después de que se rindiera el Ejército de los Estados Confederados, y pronto se empezó a gestar un mito en torno a su figura. Sus seguidores lo llamaron Padre Abraham (una clara alusión al Abraham bíblico, “el padre de muchas naciones”) y veían personificado en él los valores del hombre americano, que es capaz de labrar su propio destino.
Reparto
- Tommy Lee Jones es Thaddeus Stevens, aliado de Lincoln en su lucha contra la esclavitud.
- David Strathair es el secretario de Estado William Seward.
- Sally Field es Mary Todd Lincoln, la esposa.
Filmes biográficos ganadores del Óscar a Mejor Película
El discurso del rey (2010)
Dirigida por Tom Hooper, la historia del Duque de York (Colin Firth) tuvo, como ‘Lincoln’, 12 nominaciones.
Una mente brillante (2001)
Russell Crowe también recibió el Óscar a mejor actor por su interpretación del economista John Forbes Nash.
Corazón valiente (1995)
Mel Gibson dirigió, produjo y protagonizó esta cinta sobre la vida de William Wallace.
La lista de Schindler (1993)
La historia de un alemán (Liam Neeson) que salvó a cientos de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
REDACCIÓN CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
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