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Panorama de la tristeza del deporte en el Atlántico

Texto de discurso de Estewil Quesada, presidente de la Asociación de Periodistas Deportivos.

BARRANQUILLA
El año pasado, en 'La noche de los mejores deportistas del año', lanzamos un SOS al entonces gobernador electo José Antonio Segebre y evocando las palabras de Simón Bolívar a Juan José Rondón, en la inolvidable batalla del Pantano de Vargas que parecía perdida, le solicitamos que salvara él al Atlántico en materia deportiva.
Denunciamos aquí, en ese entonces, que el gobernador saliente, Eduardo Verano, había dejado un millón de pesos de presupuesto para los Juegos Nacionales de noviembre de 2012 (cinco millones se encontraron a comienzo de año en la oficina del director saliente de Indeportes, que dijo que no era de él y luego manifestó que sí, caso que es materia de investigación: cinco veces el presupuesto a Juegos por ahí, como caja menor de nadie).
Sí, un millón de pesos, tuvimos que repetir porque muchos no me creyeron esa vez, para la preparación de los atletas a las justas y que la gestión de Verano se rajaba en materia deportiva como se había inundado el sur del Atlántico cuando él pronosticó que estaba blindado.
La reacción del gobernador Verano fue ordenar de inmediato pautar páginas enteras en los periódicos locales con avisos institucionales de la Gobernación del Atlántico sobre su realización deportiva, incluyendo la reconstrucción de la piscina olímpica, que, siguiendo las viejas costumbres politiqueras nuestras, reinauguró sin haberla terminado.
De aquello ha pasado un año. Por delante hubo 10 meses para preparación de Juegos y todo sigue igual. O quizás peor. El señor gobernador José Antonio Segebre no ha mostrado mayor interés por el deporte, salvo a los días previos del viaje a Juegos, cuando él mismo se puso al frente para garantizar el desplazamiento de la delegación.
Se encargó en Indeportes Atlántico a Ramón Ignacio Carbó y tras casi medio año se designó en propiedad. Pero Carbó es asesor del Gobernador y como tal está entregado casi por tiempo completo a esa función. Y al deporte, solo por la noche, cuando sobra algún espacio. Indeportes, según denuncia el sindicato y muchas personas que lo han comprobado, es manejado por una asesora jurídica externa que poco sabe de deporte y nos hemos quedado esperando si Carbó es el hombre o no para el deporte.
El deporte necesita de personas dedicadas las 24 horas. Por eso, faltó gestión. Y se evidenció la desorganización. No hay derecho que para el zonal de Juegos Intercolegiados, en octubre, se citara en Indeportes a los muchachos a las 10 de la mañana para viajar a Valledupar. Y apenas a esa hora se saliera a contratar los buses.
O acaso es lógico que en los Juegos Nacionales el primer judoca que participó y ganó medalla utilizó un uniforme que le prestó un amigo de Córdoba, pues el rojiblanco no llegó a tiempo porque a las ligas les dieron el dinero para la ropa la misma semana de la inauguración. O que la internacional atleta Brigitte Merlano no la dejaban subir al podio a recibir su presea de plata porque no tenía chaqueta de presentación.
Y ni hablar que por dejar todo a última hora no se encontró alojamiento cerca de los lugares de competencias para deportes como el tejo y el taekwondo y los deportistas dormían en sitios ubicados hasta a una hora en carro. Y que los softbolistas fueron metidos en un motel.
Y en los Paralímpicos, en Cúcuta, los deportistas no fueron alojados en hoteles de acuerdo a su discapacidad. A los ciegos los ubicaron en el segundo y tercer pisos de hoteles sin ascensor. Y sin el número de acompañantes para sus necesidades. Y que apenas se contó con un médico para todos los Juegos en Córdoba, Cauca, Norte de Santander y Cali.
El 24 de noviembre vi en el aeropuerto de Bogotá la frustración de una joven pesista que regresaba del Eje Cafetero sin competir de las finales de los Juegos Nacionales Intercolegiados y que tenía posibilidades de medallas: Angélica Muñoz, a quien le programaron ese sábado vuelo a Barranquilla a las nueve de la mañana cuando entraba a la acción media horas antes. Y ya había pasado igual unos días antes con Maryelis Ojeda y Elvis Arrieta. Eso demuestra que ni el poco dinero que hay se cuida.
¿Dónde está la planeación deportiva? Todo el mundo se enteró del despelote que se llevó a un boxeador sin inscribirse, pero lo que no se sabía era que por olvido o descuido no se hizo el trámite para que Édgar Rentería, nuestro máximo símbolo del béisbol, actuara en los Juegos. Y, agárrense ustedes de esto que les revelo: el propio gobernador Segebre -o una persona que se hizo pasar por él- intercedió, vía telefónica en comunicación oficial, ante Coldeportes Nacional a ver si era posible contar con el paracortos en Córdoba.
Por supuesto que recibió la respuesta que era imposible.
De ahí que el tercer lugar entre las delegaciones de la región, por debajo de Bolívar y Córdoba, no sorprende. Estaba anunciado.
Y preocupa ya no solo a nosotros los atlanticenses, sino a otros que antes eran nuestros rivales derrotados. Hace poco recibí una comunicación de Vicente Fortich, exdirector del instituto de deportes de Bolívar, anonadado por el resultado rojiblanco. "Era potencia del Caribe y nosotros siempre miramos para arriba para tratar de emular. ¿Qué pasó?", decía.
Por estos días, con motivo de los 30 años del Premio Nobel a Gabriel García Márquez, he visto publicado de nuevo su discurso de Estocolmo, titulado 'La soledad de América Latina'. Y de ahí, de esas palabras del hijo del telegrafista de Aracataca, hay unas que valen, creo, la pena resaltar en este caso: "... frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida...".
Y la vida es la familia deportiva, ustedes todos. La vida es José Quintana con sus lanzamientos, Efraín 'Caimán' Sánchez y Kaor Dokú con los recuerdos de sus éxitos, Marco Coll y su gol olímpico de hace 50 años y único en la historia de los mundiales de fútbol, los hermanos Jhonatan y Dónovan Solano con sus batazos, Eduar Marriaga con sus puños, Miguel Ángel Pérez con sus registros en pista, Shanne Torres con sus actuaciones.
Vida es todo, ustedes los ganadores y nominados y los que no están aquí. Vida es nuestro deporte, que SÍ cuenta con talento humano, porque surgen ustedes y lo que no están en este auditorio para, de todas las maneras, alcanzar logros de valía.
Aún aguardamos la esperanza de que la Gobernación en cabeza de José Antonio Segebre batee con las bases llenas por el deporte de nuestro departamento, con inyección de recursos económicos. Quedan tres años de su mandato. Vamos a estar vigilantes y aquí hay un mea culpa porque este año, luego del discurso de 2008 y el de 2011 sobre ese tema, faltó hacer, bien como me decía el profesor Pedro Lozano al término de la ceremonia del año pasado, un seguimiento y no dejar que lo urgente desplazara a lo importante. Esa será la misión que recomendaremos a la nueva Junta Directiva de Acord Atlántico, porque en tres meses esta etapa, con la presidencia por ocho años, termina.
Repito, hay vida. Y mientras haya vida, con todos ustedes, seguiremos luchando, incluso en la soledad del deporte atlanticense.
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