¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

Un año después de la avalancha, Útica todavía espera ayuda

No ha empezado construcción de las 300 casas para las familias afectadas. Aún existe riesgo.

Con la maleta llena de ilusiones, Estela y Baudilio Castro, una pareja de pensionados, decidió alzar vuelo. Hace 17 años se marcharon de Bogotá hasta Útica con la esperanza de encontrar un lugar tranquilo que los acogiera en su vejez.
Compraron una casa al lado del río, rodeada de árboles frutales, con amplios ventanales y un patio enorme para dejar correr a los nietos. Sentían que la felicidad era real en aquel pueblo, famoso por el buen clima y por las propiedades medicinales que tiene el lodo de la quebrada Negra.
Sin embargo, el 18 de abril del 2011, en plena Semana Santa, esa alegría se opacó por el desbordamiento del río Negro y la quebrada Negra. El desolador panorama dejó el 95 por ciento del casco urbano afectado. El reporte fue de dos personas muertas, 1.050 damnificadas y 123 viviendas destruidas.
"Era como una escena del Apocalipsis; eran las nueve de la noche, todo estaba oscuro, tenebroso, la gente gritaba y los niños lloraban, y solo había desolación", narró un habitante del pueblo recordando las imágenes de esa noche.
Los Castro veían sus sueños enterrados. "Estar parada frente a nuestra casa, en ruinas, es una experiencia dolorosa e inexplicable", dijo Estela, sosteniendo la mano de su esposo, quien no tuvo más opción que armarse de valentía y volver a empezar a los 63 años.
La pareja vivió hasta diciembre pasado en el barrio Alfonso López (el único que no se afectó con la avalancha, por estar en la parte alta), gracias a que la familia Oropeza les dio posada.
De allí, y ante el hecho de que las soluciones prometidas por el Gobierno no llegaron, los Castro optaron por acudir a un préstamo con amigos y a la ayuda de sus ocho hijos para reconstruir su antigua casa. "En diciembre pusimos paredes y puertas, y ahora estamos durmiendo ahí, en condiciones muy precarias", narró la mujer.
Los demás damnificados no han corrido con la misma suerte, siguen hospedados en casas de familiares y amigos, y se quejan de que las ayudas dejaron de llegar. "Nos dieron un mercado y un subsidio para arriendo por tres meses, pero de las viviendas nada", contó uno de los habitantes.
Al día siguiente de la avalancha, el presidente Juan Manuel Santos visitó el municipio y anunció ayudas para los afectados, a través de Colombia Humanitaria. Incluso habló de la construcción de 300 viviendas para reubicar a las familias damnificadas.
Expropiarán terrenos
El gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, aseguró que la solución definitiva es reubicar el pueblo, pero que esto no será posible en el corto plazo, debido a los altos costos de una acción de tal tipo.
"Para reubicar las viviendas afectadas se ha venido trabajando con el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio y se han venido estudiando las posibilidades", dijo Cruz. Agregó que se espera lo más pronto posible adquirir los predios para dar inicio a la construcción de las 300 casas.
Sin embargo, el alcalde del municipio, José Gabriel Hernández, no cree que la reubicación, por ahora, sea viable. "Habría que hacer estudios serios y articular a los entes para que sea una reubicación organizada", señaló Hernández.
El miércoles, la Gobernación anunció que se expropiarán predios en la vereda Palacio para iniciar la construcción de las viviendas.
También reportó que se han realizado obras hidráulicas, de dragado y de protección, en coordinación con la Corporación Autónoma Regional (CAR). Pero esos trabajos aún no calman la preocupación en los habitantes de que sean suficientes para resistir una eventual avalancha en esta nueva ola invernal.
El propio director de la CAR, Édgar Bejarano, reconoce que aún hay posibilidades de otro desbordamiento de la quebrada Negra y argumenta que el comportamiento de la cuenca ha impedido un control total de la situación. Bejarano precisa que ya se han invertido 3.400 millones de pesos en obras de mitigación.
'Trabajamos con las uñas en Tele-Útica'
La situación actual del canal comunitario Tele-Útica es precaria. Con un computador para editar y una cámara casera realizan las transmisiones diarias, de 8 a. m. a 6:30 p. m.
"Estamos trabajando con las uñas. Tenemos lo básico y en este momento no hay plata para volver a empezar", dice Jhovanny Rincón, productor del canal y quien recuerda los estragos de la avalancha.
"Se perdieron cámaras HD, los mezcladores de sonido, computadores para edición y equipos para transmitir la señal en directo", dijo Rincón.
Lo más doloroso, agrega el productor del canal, fue la pérdida del archivo de imágenes, que habían construido durante cuatro años.
Berenice Díaz, habitante del pueblo, dijo que pasaron dos meses para que pudieran retomar la señal.
Pero la falta de equipos ha llevado a que aún no se haya podido restablecer la transmisión por Internet.
Las pérdidas del canal comunitario, uno de los dos medios de comunicación que tiene el pueblo -el otro es una emisora comunitaria-, superaron los 50 millones de pesos.
640 niños estudian en carpas
En carpas y en aulas prefabricadas, 640 niños del colegio Departamental Nacionalizado Manuel Murillo Toro reciben clases.
Luego de la avalancha, que dejó totalmente destruido el plantel, el colegio tuvo que ser trasladado a la zona aledaña a la antigua carrilera del tren. Ahora, los salones, con capacidad para 30 personas, albergan hasta 40 alumnos.
La situación, según algunos estudiantes, es insoportable al mediodía, cuando la temperatura alcanza los 30 grados centígrados.
Además, 11 de las 21 aulas provisionales son inestables. "Estos salones pueden caerle encima a algún estudiante porque se mueven fácilmente", afirmó Juan Manuel Bustos, alumno del grado once.
Otro de los problemas es la falta de baños. Desde el 4 de marzo pasado se venció el contrato y los sanitarios portátiles fueron retirados. Hoy, 18 días después, los niños continúan sin baños.
La Gobernación de Cundinamarca anunció arreglos en las aulas prefabricadas, mientras se construye un nuevo colegio. Sin embargo, todavía no hay un terreno definido para reubicar a la institución.
La propuesta del gobernador Álvaro Cruz es suscribir un proyecto de acuerdo con el fin de expropiar, por vía administrativa, el predio que se adecue a las necesidades.
Mientras tanto, Miguel López, rector del colegio, les hace un llamado de urgencia a la Alcaldía y a la Gobernación para que agilicen la construcción y dice que los niños no tienen las condiciones para estudiar.
La carretera continúa en reparación
Se han invertido alrededor de 23.000 millones de pesos en la reparación de dos tramos de vía. El primero de ellos, entre Villeta y La Magdalena; y el segundo, de La Magdalena a Útica.
Sumando los recursos dados por Colombia Humanitaria (12.310 millones de pesos), más los de la administración departamental, a través del Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca (10.400 millones), se han invertido 22.720 millones de pesos en esta vía.
La reconstrucción de 11 de los 21 kilómetros que conforman ese corredor, que comienza en Villeta, ha incluido taludes, muros de contención, gaviones y alcantarillas.
REDACCIÓN CUNDINAMARCA
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO