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Coaching: el negocio de la reinvención personal

La disciplina de crecimiento no solo está aumentando su legión de seguidores sino sus dividendos.

Flor Nadyne Millán M.
¿Para qué estoy viviendo esta vida? ¿Por qué no me siento feliz? ¿Cómo controlo mi ansiedad por la comida? Estoy harto de ser quejetas, pero no sé cómo cambiar. Para ayudar a resolver estas y muchas otras inquietudes personales hoy se acude al coach, que no es nada distinto a un entrenador personal, pero no para ejercitar el cuerpo, sino para alentar a estar en forma frente a la vida. "Hablamos de un entrenador que potencia las habilidades y recursos de cada quien para vivir más feliz, sacando lo mejor de cada uno", dice Natalia Arias, coach experta en manejo de la imagen personal.
Y ¿qué es el coaching? Es una conversación privada e íntima entre el coach y sus consultantes (coachees), en la que el entrenador es el aliado "que cubre la necesidad de sus clientes de hallar respuestas, para alcanzar niveles de satisfacción que les permitan mejorar su calidad de vida, su forma de verse en el mundo y sus relaciones en tiempo muy breve", explica Marcelo Brosky, psicólogo y coach argentino.
En realidad, esta disciplina en la que un entrenador a través de preguntas cuestiona e invita a reflexionar a su coachee sobre lo que sueña, lo preocupa y los cambios que espera inyectarle a su realidad, no es algo novedoso ni una tendencia pasajera. "Sus orígenes se remontan a los tiempos de filósofos como Sócrates que echaban mano de las preguntas para reflexionar y cuestionarse", explica Carolina Quiñones, entrenadora de ejecutivos.
La diferencia "es que hoy nos sentimos más solos y por los afanes diarios no tenemos a quien contarle lo que nos preocupa o nuestras expectativas para que nos ayude a buscar salidas", cuenta Carlos Uscátegui, un arquitecto que, a pesar de sus 20 años de experiencia en una empresa, dudaba de su pericia para dirigirla. Su mismo jefe le pagó el proceso de coaching para que hiciera una transición exitosa. "Tenía miedo de dar el gran paso porque me acostumbré a ser el segundo a bordo. Pero mi coach me ayudó a recuperar la confianza y fe en mí", confiesa. Hoy, preside la compañía.
El éxito de ese proceso de formación reside en su enfoque porque "reúne una serie de metodologías e intervenciones de distintas disciplinas humanísticas y formas de abordaje del ser humano para potenciar su desarrollo", precisa Diana del Pilar Castañeda, miembro de la junta directiva del capítulo Colombia (la asociación nacional que los agrupa hace 5 años).
Eso explica por qué esta disciplina de indagar y explorar la vida de otro para ayudarle a lograr sus metas sea ejercida no solo por psicólogos sino por abogados, periodistas, publicistas o biólogos que se preparan "para gestar cambios asertivos en su propia vida y luego pueden en la de otros", señala  Anamaría Aristizábal, bióloga con MBA y maestría en gestión ambiental de la Universidad de Yale.
Las preguntas que se hagan en las conversaciones son determinantes, por ejemplo, ¿cuáles son tus miedos? hace parte del diagnóstico de debilidades; ¿qué es lo que más te relaja y te permite centrarte?, permite ver fortalezas. Otras ayudan a observar las relaciones como ¿qué te gustaría decirle pero por inseguridades no lo has hecho? Las hay para definir acciones: ¿qué harás esta semana para avanzar? o para crear perspectiva ¿qué pasaría si cambias tu modo de ver las cosas? 
"El mismo consultante halla las respuestas a sus inquietudes sin sentirse juzgado, y eso aumenta la satisfacción en estos procesos", advierte Alejandra Vega, economista y coach.
No es lo mismo
¿Pero uno de estos expertos reemplaza a un psicólogo, psiquiatra o terapeuta? "No. Nunca", responde enfática Ana Isabel Jiménez, psicóloga clínica. Y no lo dice con ánimo revanchista, sino "con conocimiento de causa". Ella consultó a un coach y, sostiene, no le fue muy bien "a pesar de que sé que es una persona de reconocida idoneidad y de que es cierto que tienen su metodología para cuestionarte, sentí que, en mi caso, careció de contención el proceso, algo que sí se encuentra en la psicología o psiquiatría". Se refiere a que hubo un momento que en la conversación "me deshice en llanto y sentí la necesidad de un abrazo, pero un coach no desarrolla la misma proxémica que un terapeuta, me sentí desolada".
Parte del talón de Aquiles de este proceso, dice la psicóloga, es que "no escarba en el pasado, no profundiza en este aspecto que incide en el presente de quien consulta". Y de hecho, "no es ese su objetivo principal -admite la entrenadora Ángela Mendoza-, su interés reside en el presente de la persona para desarrollar sus competencias".
Castañeda, psicóloga y coach acreditada, insiste en que si bien el entrenamiento "es un proceso más rápido de crecimiento en áreas específicas, jamás reemplazará la labor de un psicólogo o psiquiatra que sí cuentan con la formación y experticia para tratar problemas más profundos de la siquis".
Y el coach, "como parte de su ética y responsabilidad profesional, debe advertirle a su cliente si observa que el proceso no es la solución a sus problemas", replica Aristizábal. Por eso no aconseja ni hace terapia, "simplemente escucha y amplía la forma de percibir del consultante", agrega Brosky, creador en Argentina del modelo de coaching ontológico aplicado al tratamiento de la obesidad y quien lo dicta actualmente en un curso internacional en la Universidad del Rosario, en Bogotá.
Olga Lucía Pinzón, nutricionista-dietista, coordinadora de este programa enfocado en sobrepeso y obesidad, insiste en que la vivencia del coach es vital para inspirar cambios. Ella, aquejada por 30 kilos de sobrepeso que ganó en año y medio, creó Shiloaj, "un programa de alimentación y amor propio", con el que bajó 20 kilos en cinco meses, a través de 10 estrategias con las que se busca el equilibrio físico y emocional. Y estas experiencias exitosas han llevado a que existan distintos tipos de coaching (ver recuadro), pero el objetivo es el mismo: "Motivar un cambio interior y promover la acción", apunta William Sánchez, máster coach y conferencista por Colombia en el Encuentro mundial de coaching  y liderazgo, que se realizará el próximo 22 de septiembre en Bogotá. 
El costo del entrenamiento
Pero este oficio no lo puede ejercer cualquiera. "Uno de los requisitos es haber hecho proceso de coaching con otro profesional, como sucede con un psicólogo o terapeuta", explica Castañeda. Y además se debe contar con "una habilidad de escucha profunda y disposición para estar al servicio del otro -replica Quiñones-. Y sus certificaciones deben ser avaladas por entidades rectoras que vigilan la profesión".
Y si acceder a una sesión no es económico (sus precios están entre 180 mil y 500 mil pesos la hora y el proceso requiere por lo regular de 10 sesiones), conseguir los certificados como coach tampoco. Un curso, que dura alrededor de un año, cuesta entre 15 y 22 millones de pesos.
A esto se suma que hay categorías en el oficio y todas exigen horas de práctica. La de certificado asociado requiere mínimo cien horas de experiencia y ocho clientes, por lo menos. La profesional, 750 horas de experiencia y 25 clientes y el máster, 2.500 horas y 35 clientes, según la International Coach Federation (ICF), entidad que agrupa a más de 19 mil miembros de 104 países, incluido Colombia.
Y los resultados dependen de qué tanto el consultante se abra a la experiencia. No faltan los desertores. Rafael Pino, director de una compañía de tecnología, recuerda a un compañero que se sintió invadido y no volvió, así la empresa le pagara el proceso y representara la oportunidad de un ascenso. "A mí me dijeron que usted me iba a sacar mis fortalezas profesionales, no a meterse en mi vida privada, fue su respuesta". Él, en cambio, agradece que aprendió a ser menos reactivo y quejetas y les tomó el gusto a los riesgos.
Para Paola Rezk, vicepresidenta corporativa de Bodytech, tampoco fue fácil la experiencia. Venció prejuicios y miedos. "La prueba reina en un coaching de liderazgo fue alinear mi ombligo con el de un perfecto extraño para encontrar nuestro centro en la vida. Me costó -dice entre risas-, pero al final, terminé alineando mi ombligo con el de 20 desconocidos".
¿Pero hasta cuándo habrá coaching? "Uff, habrá para rato porque, tristemente, ahora tenemos que pagar para ser escuchados y alentados", dice Carlos Uscátegui, un coachee. "Y más cuando los días en que la mamá -el mejor entrenador con el que se puede contar- nos aguardaba en casa y con su sabiduría nos alentaba para seguir victoriosos en la vida, son cosa del pasado", remata.
Un verdadero 'coach'...
No aconseja ni hace terapia, tampoco juzga, simplemente escucha a profundidad y amplía la forma de percibir del consultante. Lo acompaña, motiva, alienta, felicita, reta, tiene buena disposición y, sobre todo, cree profundamente en su potencial de crecimiento personal y profesional.
Los tipos de coaching
Ejecutivo: mejora competencias laborales y profesionales en individuos, equipos y organizaciones.
De imagen personal: ayuda en la autoestima, cambio de 'look' y proyección social.
'Coaching' de vida: maximiza las facetas personal, profesional, social, financiera y sentimental.
Relacional: enfatiza en la inteligencia emocional para cultivar relaciones de pareja, laborales y sociales más armónicas.
Para niños: con campamentos y juegos al aire libre, se les ayuda a afianzar su confianza y a conectarse con su entorno.
Espiritual: enseña que las limitantes, el sufrimiento y el conformismo no deben ser la razón de la vida.
'Horses coaching': los equinos leen las fortalezas y debilidades del 'coachee' y alientan cambios de actitud.
No sea incauto...
- Antes de comenzar un proceso de 'coaching', examine la formación profesional y la experiencia del entrenador.
- No caiga en manos de charlatanes. Verifique que sea un profesional certificado por alguna entidad internacional de 'coaching' que lo avale.
- El hecho de que el 'coach' tenga certificado no garantiza el profesionalismo y el éxito del proceso. Solicite referencias de otros consultantes, revise las experiencias exitosas y su hoja de vida.
- Con el 'coaching' no se logran resultados por arte de magia ni es algo místico. Es una disciplina que se fundamenta en el arte de preguntar para que el mismo consultante halle las respuestas y actúe para lograr cambios positivos en su vida.
Flor Nadyne Millán M.
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